Editorial

IPoM, preocupante diagnóstico

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El Informe de Política Monetaria (IPoM) que periódicamente publica el Banco Central actúa como un barómetro que entrega orientaciones a los mercados a partir de su análisis y proyecciones sobre las principales variables económicas. La edición de esta semana contiene noticias preocupantes, siendo la principal las proyecciones de inflación: las nuevas estimaciones apuntan a que durante el primer semestre de 2025 la inflación anualizada superará el 5%, y que solo durante la segunda mitad del período el ritmo de aumento en el nivel de precios evolucionará hacia la meta del 3%.

Aunque los mercados ya tenían internalizado que durante el primer trimestre de 2025 el reajuste en las tarifas eléctricas impactaría significativamente el IPC, en esta oportunidad el Banco Central agregó la constatación de que el fortalecimiento del dólar a nivel internacional se está traduciendo en niveles del tipo de cambio doméstico superiores a los inicialmente estimados. Con ello, hace ver también que el significativo aumento que se ha venido manifestando en las remuneraciones reales -pese a la debilidad en la generación de empleos- está presionando los márgenes de las empresas, y, como consecuencia, los precios de sus productos.

El alza de la inflación,la debilidad del consumo y la caída en la inversión son refejo del bajo potencial de crecimiento de la economía.

Con todo, la proyección de inflación para diciembre 2025 se mantiene en 3,6%, lo que da cuenta del compromiso del instituto emisor con la meta que ya se había fijado para el próximo año. Naturalmente, la contrapartida de ello tendrá que ser la introducción de una pausa en el proceso de normalización de la política monetaria, al menos durante el primer semestre. Desde la perspectiva de la evolución de los niveles de actividad esta no es una buena noticia, especialmente en lo referido al consumo, que es más sensible a las tasas de interés de corto plazo, y cuya evolución durante 2024 ha sido más débil de lo que se había proyectado inicialmente. Y en inversión, palanca clave para potenciar la capacidad de crecimiento, las noticias del IPoM tampoco son positivas. La caída proyectada para este año será más pronunciada que lo estimado previamente, y para 2025 y 2026, a pesar de la más baja base de comparación, la expansión estimada para la formación bruta de capital fijo también será menor.

Todo lo anterior sigue dejando al desnudo la principal debilidad que enfrenta la economía chilena: su bajo potencial de crecimiento. La propia presidenta del Banco Central, señaló explícitamente ante la Comisión de Hacienda en el Senado, que se debe trabajar en conjunto para superar la actual tendencia, que no supera el 2%. La principal contribución del instituto emisor con este propósito debe ser mantener la tasa de inflación dentro del rango meta, mientras es responsabilidad del Gobierno crear las condiciones de contexto que impulsen la inversión y el desarrollo de la innovación para mejorar la productividad y el aumento en el nivel de empleo.

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